La
obra de Leandro Tartaglia hace foco en el rol del público en el arte
contemporáneo, entendido como un problema institucional en sentido
estricto: al hacer hincapié en los mecanismos de transmisión de
información inherentes a la estructura de sus trabajos, factorizando
el contexto y el papel de la audiencia en ellos mediante
señalamientos, instrucciones y tareas, Tartaglia llama la atención
sobre los procesos de lectura y análisis que permiten construir
discusiones en la esfera social del arte y, por extensión, en la
esfera pública considerada en conjunto. Tres proyectos de largo
aliento son los que presenta en Hola
usuario,
muestra cuyo título funciona de por sí como una afirmación en aras
de dinamizar al público, no meramente con el deseo de que se vuelva
parte de la obra, sino para darle instrumentos aplicables a
diferentes problemáticas: La
esquina señalada
(una pieza de teatro sonoro móvil concebida para tres espectadores,
que deben realizar un recorrido en automóvil con el artista y
escuchar la pieza con auriculares), Todos
los días
(su proyecto para el premio arteBA – Petrobrás 2009 sobre los
diarios, la actualidad política y el sistema de medios en Argentina)
y, por último, el prototipo de una bicicleta diseñada por el
artista, expuesta en la galería junto a un gran dibujo que funciona
como un mapa de ideas y una red de relaciones que fundamenta y define
el proyecto, extendiendo su rango de problemas de la objetualidad a
la materia discursiva y la cuestión de la planificación social y
urbana. Interpelando al espectador de arte en tanto lector de
diarios, radioescucha y usuario del sistema de transporte, Tartaglia
expande los límites de su interés por la ciudad, la tecnología y
el sonido (tres materiales recurrentes en toda su producción) hasta
desmontar la categoría de público en un entrelazamiento de
registros que supone, también, la emergencia de metáforas móviles
para los límites del trabajo artístico: el director de cine y sus
espectadores, el ingeniero y el operario, el compositor y el
intérprete, el conductor de radio y los radioescuchas, el diseñador
de productos y los consumidores, etc., entre tantas otras figuras que
podemos encontrar en la ciudad: aquellos que viven y discuten, día a
día, la vida pública, los intereses y los conflictos de una
sociedad.
La cuestión
de las limitaciones del formato de exhibición standard para
proyectos cuya materia atraviesa el tiempo, la discursividad y la
elaboración activa de parte del receptor funciona simultáneamente
como un punto de partida y como un desafío formal. Por un lado, los
proyectos presentados en Hola usuario no negocian el espacio de
activación ganado con la expansión de las competencias artísticas
hacia la ciudad, la esfera de los medios y la circulación social, y
muchos de los referentes de Tartaglia (Brecht, Vigo, Jacoby o
Meireles) se definen en esta dirección, actualizada en diferentes
situaciones. Por otro lado, la muestra propone, enfáticamente,
soluciones exhibibles para proyectos cuya heurística tiene más que
ver con el diseño, el teatro o la composición musical. Estas
soluciones recorren el espectro que va de la documentación y la
publicidad al prototipo y el boceto, y funcionan como son estrategias
complementarias para poner en circulación contenidos y herramientas
concretas. El contraste entre la bicicleta diseñada especialmente
para el entorno urbano de Buenos Aires y el complejo de problemas que
su implementación y eventual puesta en producción permitiría
abordar es un ejemplo claro de la ampliación de la esfera de lo
diseñable. Del mismo modo, las conexiones entre el ámbito de la
radiocomunicación y la ciudad, entre la agenda política y el mundo
del arte, entre el temario del software libre y la ley de
radiodifusión aprobada por el parlamento el año pasado suponen una
gran variedad temática, pero asimismo una congruencia proyectual y
una toma de partido definida por un mapa de información y discusión
pública más amplio y libre, más sensible a la iniciativa local y a
la transformación social. En este proceso, el mismo artista se
convierte en otra cosa: programador, editor, operario o ingeniero. Y
un conglomerado de soportes dispares confluyen en una indagación
intensiva de lo que consideramos público.
Claudio
Iglesias
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